La depresión se caracteriza por un rasgo fundamental: La incapacidad de sentir placer.
El bloqueo del sistema serotoninérgico lleva a sentir placer al ejecutar acciones mundanas.
El placer tiene un proposito específico, la construcción del ego.
Sin un ego completo y que se encargue de si mismo, la sociedad esta perdida.
Una masa llena de placer por el actuar simple, se vuelve irreflexiva y en constante perdida de si mismos. Conviertiendose en una pieza mas de la maquina, desgastandose hasta ser desechados por el propio mecanismo de la industria.
El placer es pícaro, y exige a otros para satisfacerse.
Sin la intimidad cercana de la comunidad, nos volvemos enemigos de nuestra propia raza. El único ínterés que resta es el que los medios difunden en la mente colectiva como común y verdadero.
La empatía tambien es egoísta, nos ayuda a integrar dentro de nosotros mismos la maldad del otro y a sentirla como propia. Nos permite comprender el hambre que llena el espíritu del que se encuentra frente a nosotros, y nos abre el apetito competitivo. Pero también nos permite sentir la fragilidad de nuestra condición humana, creando interacciones compasivas.