Un miércoles

Iba tan rápido que nunca logré imaginar que te iba a desnucar. Por eso prefiero los coches de acero, de bordes recios. Escondete en la alcantarilla de las limosinas, coche rojo pa’ soñar, que puedo andar en bicicleta sin sortear los intereses de la industria para ponerme la vacuna sin preguntar lo que a mi corazon le puede pasar. No te conozco, pero sonreir no te costará una pierna.

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